Sobre la obra: Agilísima por comedia, graciosísima por farsesca! En una ciudad mexicana, el pequeño mundo de seres que sueñan, desean y sufren, se debaten entre los fines educativos y los principios sexuales, los que luchan por encontrar el justo equilibrio. En el momento de mayor crisis mundial – años 20-, TE JURO, JUANA… nos muestra el ser humano simple y obsesionado por conseguir su felicidad.

Al Maestro con cariño: Hace muchos años, un humilde – aunque grande – maestro de teatro me decía que, para asegurar una dinámica actoral y responder a las exigencias de la puesta, seleccionamos un texto clásico, de manera que, el texto por valor teatral y popular permita asegurar el mensaje. En el momento que él me lo decía, lo escuché nada más. Hoy, comenzamos una temporada dedicada a los clásicos latinoamericanos – con el elenco actoral y técnico prácticamente renovado y en algunos casos, debutantes – y es cuando cobran valor aquellas palabras del maestro. De ahí la presencia de un grande, además de clásico, como lo es el dramaturgo mexicano Emilio Carballido. Maestro de comedias y diestro en la farsa, guarda la virtud y secreto de querer entrañablemente a sus personajes, de exponerlos con la voz del pueblo y para el pueblo.

Ahora se encenderán las luces y parecerá  que todo estaba previsto de simple y sencillo que se ve, pero fue algo más trabajoso que eso. Fue duro construir personajes que hablan de lo que quieren y dudan de lo que hacen; no es fácil ser simples mortales y héroes o líderes a la vez; si le agregamos que es comedia farsesca y transcurre a principios de siglo, parecería que las dificultades fueron mayores, aunque no es así. Encaramos el texto del Maestro Carballido con la premisa de otro gran maestro que me aconsejó y conseguimos una suma de Maestros Humildes y Talentosos. Lo demás está bajo las luces… más el respetuoso homenaje al Maestro Don Emilio Carballido.

Mario Marcel

Sobre el autor: Emilio Carballido nace en Córdoba-Veracruz en 1925 y es desde hace muchos años el autor teatral más querido y reverenciado en México. Con su teatro, que va de lo particular a lo universal, se podría reconstruir una gran parte de la historia de su país natal, sobre todo en lo realizado entre 1940 y 1995. Además de dramaturgo, es autor de varias novelas, siendo la última “Las Visitaciones del Diablo” llevada al cine. Escribe guiones para la televisión y guarda el orgullo de ser desde hace algunos años el editor de los jóvenes autores de teatro. Desde 1975 dirige la revista “Tramoya” de la que es su fundador. Sus obras superan las cincuenta sin contar sus muy conocidas “Estampas” o piezas cortas que alcanza algo más de treinta. Ha experimentado todo tipo de género, desde el auto sacramental hasta la farsa, pasando por el más genuino realismo. Entre sus obras se cuentan “Rosalía y los Llaveros” estrenada en 1950; “Medusa”, “Felicidad” (Premio Juan Ruíz de Alarcón); “Un Pequeño Día de Ira” (Premio Casa de las Américas); “Silencio, Pollos Pelones, Ya les Van a Echar Maíz”; “Hombre No. 31”; “El Relojero de Córdoba”; “El Día Que Soltaron los Leones”; “Yo También Hablo de la Rosa”; “Te Juro, Juana, Que Tengo Ganas…”; “Acapulco los Lunes”; “Las Cartas de Mozart”; “D.F. 26 Obras en un Acto”; “Fotografía en la Playa” y muchas otras.

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